La investigación científica muestra que jugar a videojuegos mejora las habilidades mentales fundamentales.
Escrito por Peter Gray en Freedom to Learn.
En dos artículos anteriores, resumí basándome en testimonios los miedos más comunes que rodean a los videojuegos, como que son adictivos (aquí puedes leer el artículo ¿Son adictivos los video juegos?) y que provocan la aparición de problemas y enfermedades como el aislamiento social, la obesidad y la violencia.
Señalé también que hay evidencias que muestran que estos pueden ayudar a los niños al desarrollo de sus habilidades lógicas, literarias, ejecutivas e incluso sociales (Las ventajas de jugar a videojuegos para los niños).
Las pruebas son cada vez más concluyentes, más aún desde que han aparecido las relacionadas con los beneficios cognitivos de los videojuegos.
La publicación más reciente del foro American Journal of Play (otoño, 2014) incluye un artículo de los investigadores Adam Eichenbaum, Daphne Bavelier, y C. Shawn Green en el que se resumen los estudios más recientes llevados a cabo para demostrar los efectos positivos a largo plazo de los videojuegos en procesos mentales básicos como la percepción, la atención, la memoria o la toma de decisiones.
La mayor parte de los estudios se basa en los efectos de los videojuegos de acción, es decir, los que requieren velocidad, destreza, habilidad para seguirle la pista a varios elementos, para retener bastante información de forma simultánea y para tomar decisiones coordinadas. La mayoría de las habilidades que se emplean en estos juegos son precisamente las que los psicólogos consideran que representan pilares básicos para el desarrollo de la inteligencia.
Estos estudios emplean dos estrategias, de correlación y experimental. En un estudio de correlación, los jugadores habituales se comparan por medio de una prueba perceptual o cognitiva con diferentes personas que no juegan a videojuegos. Generalmente, el resultado es que los que suelen jugar a videojuegos superan a los no jugadores sea cual sea la prueba. Esto indica que jugar a videojuegos conlleva un mejor rendimiento.
Con todo, esto es algo que no se puede probar con total certeza, ya que podría ser que la gente que opta por jugar tuviera ya de por sí capacidades cognitivas y perceptuales superiores.
La mejor prueba de que los videojuegos mejoran todas estas capacidades se encuentra en los experimentos en los que todos los participantes son, en principio, no jugadores; a algunos se les invita a jugar durante algunas horas y por un número determinado de días. En estos experimentos, el resultado que se obtiene más a menudo es que los jugadores de videojuegos mejoran sus medias en lo relativo a ciertas capacidades básicas perceptivas y cognitivas, mientras que los que están en el grupo de control del estudio no.
A continuación, voy a enumerar solo algunos de los resultados obtenidos en este tipo de estudios. El estudio completo se resume en el artículo de Eichenbaum y sus compañeros. La referencia citada para cada resultado es la del artículo original.
Mejoras en procesos visuales básicos
- Mejora en la sensibilidad del contraste visual. 50 horas jugando a videojuegos de acción (repartidas durante 10 o 12 semanas) mejoran la sensibilidad del contraste visual (la capacidad de distinguir pequeños matices en tonalidades grises) en comparación con el grupo de control (Li et al., 2009).
- Tratamiento con éxito de la ambliopía. La ambliopía, también llamada «ojo vago», es una alteración que tiene su origen en la infancia, en la que un ojo se vuelve poco hábil. Li y sus compañeros (2011) llevaron a cabo una serie de experimentos en los que algunos adultos que presentaban esta alteración jugaban a videojuegos usando solamente el ojo vago (tapando el sano). Otros con la misma alteración realizaban otras tareas (también con el ojo sano tapado) como tejer o ver la televisión. El resultado fue que los que jugaban a videojuegos experimentaban una mayor mejora; un funcionamiento normal o casi normal del ojo vago (o perezoso), mientras que los otros no. Muchos de los que jugaban a videojuegos desarrollaron una visión de un 20/20 o incluso mejor en el ojo vago. Los niveles de atención visual y de la visión estereoscópica (habilidad para coordinar la información que nos llega a los dos ojos para percibir la profundidad) volvieron a la normalidad.
Mejora en la atención y vigilancia
- Mejora en la atención espacial. Green y Bavelier (2012) descubrieron que jugar a videojuegos de acción mejoraba el rendimiento en la capacidad de localizar rápidamente un estímulo entrante habiendo de por medio factores de distracción. Se ha demostrado que esta prueba es útil a la hora de comprobar la habilidad para conducir.
- Mejora en la capacidad de seguir el rastro de objetos en movimiento con factores de distracción. Los juegos de acción mejoran la habilidad de niños y adultos para seguir el rastro de una serie de objetos en movimiento idénticos visualmente a otros objetos que se encontraban en el mismo campo de visión (Trick et al., 2005).
- Disminución de la impulsividad. Los juegos de acción mejoran el rendimiento en una prueba de capacidades para abstenerse de responder ante estímulos recibidos que no necesitan respuesta en una situación en la que la mayoría sí la requieren y de repente surge uno que no (Dry, Green & Bavelier, 2009).
- Superar la dislexia. La dislexia, al menos en algunos casos, parece derivar de problemas de atención visual. Un estudio mostró que al menos el jugar 12 horas a videojuegos mejoraba la puntuación de niños con dislexia en pruebas de lectura y fonología (Franceschini et al., 2013). De hecho, la mejora era igual o superior a la conseguida con programas de entrenamiento expresamente diseñados para tratar la dislexia.
Mejora de las funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas se refieren a la capacidad de una persona de distribuir sus recursos mentales (percepción, atención, memoria…) de manera que puedan dar una solución o tomar decisiones de forma rápida y eficiente a un problema.
Numerosos experimentos han mostrado los efectos positivos que tienen los videojuegos en lo relativo a las funciones ejecutivas. Incluyo aquí algunos ejemplos.
- Mejora en la habilidad para hacer varias cosas al mismo tiempo. Chiappi y sus compañeros (2013) descubrieron que 50 horas de entrenamiento con un juego de acción mejoraban de forma significativa el rendimiento en una prueba llamada Multi-Attribute Task Battery, diseñada en base a ciertas capacidades requeridas para pilotar un avión. En esta prueba, se usa un joystick para mantener un objetivo centrado en la pantalla y controlar niveles de combustible, respondiendo al mismo tiempo a señales luminosas en un panel, y escuchando y dando respuesta a comunicados que llegan vía radio. Las puntuaciones altas en estas pruebas se corresponden con situaciones que experimenta un piloto de aviación en la vida real.
- Aumento de la flexibilidad mental. Un gran número de investigadores han demostrado que la experiencia con videojuegos de acción mejora la capacidad de las personas para alternar tareas exigentes con rapidez y sin rango de error (Anderson et al., 2010; Green et al., 2012; Colzato et al.,. 2014).
- Poner solución a la demencia que conlleva el envejecimiento. La flexibilidad cognitiva, la atención, la memoria operativa y el razonamiento abstracto tienden a empeorar con la edad. Muchos experimentos con participantes de edad avanzada muestran que jugar a videojuegos tiene como resultado la mejora de todas estas capacidades (por ejemplo, Basek et al., 2008). Uno de los estudios descubrió que el juego no solo conlleva mejoras a nivel cognitivo, sino también a la hora de mejorar el concepto que se tiene de uno mismo y la calidad de vida de los participantes (Torres, 2011).
Mejoras en las habilidades laborales
Numerosos estudios indican que los videojuegos mejoran el rendimiento en el trabajo, especialmente en los que requieren una buena coordinación entre ojos y manos, atención, una gran memoria operativa y una toma de decisiones rápida.
Un estudio correlacional demostró que los jugadores de videojuegos eran mejores que los no jugadores en la habilidad para volar y hacer aterrizar aeroplanos sin piloto, y que eran tan buenos como los pilotos que se habían entrenado para ello (Mkinley et al., 2011).
Otro estudio reveló que los cirujanos jóvenes e inexpertos que también jugaban a videojuegos mejoraban su rendimiento en la cirugía laparoscópica en comparación con el grupo bajo control de cirujanos que no contaban con dicha experiencia (Schlickum et al., 2009).
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Para los científicos cognitivos, esta investigación sobre los videojuegos resulta fascinante, en parte porque demuestra que el cerebro es mucho más moldeable a lo largo de la vida de una persona de lo que se pensaba. Hasta hace muy poco, la mayoría de los psicólogos pensaba que los pilares básicos de la inteligencia eran rígidos y que estaban conectados entre sí a través de los genes.
En cambio, los datos de esta investigación junto con los de muchas otras demuestran que esto no es cierto. Resulta interesante apuntar que los videojuegos parecen favorecer a una aparición más rápida y eficaz de estos pilares de la inteligencia (algo que no ha hecho posible ningún otro procedimiento).
Si tienes hijos y has limitado su tiempo de juego debido a las afirmaciones que hayas podido leer sobre los efectos perjudiciales de los videojuegos, los datos de los estudios que muestro aquí y los que aparecieron en mis publicaciones anteriores, deberían hacerte reflexionar.
Grosso modo, la investigación sugiere que las afirmaciones sobre los efectos negativos de los videojuegos no son más que mitos y que los efectos positivos son reales. Tal y como los niños parecen intuir, las habilidades mentales que los videojuegos ayudan a desarrollar se encuentran entre las más necesarias en el mundo actual.
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Y ahora te toca a ti, ¿qué piensas tú, tienes alguna duda respecto a lo leído? ¿Qué experiencias has tenido tú o tus hijos con los videojuegos?
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Artículo original en inglés: https://www.psychologytoday.com/blog/freedom-learn/201502/cognitive-benefits-playing-video-games.
Traducido por María Gil del Campo.
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Referencias
Anderson, Ashley F., Daphne Bavelier y C. Shawn Green. 2010. «Speed-Accuracy Tradeoffs in Cognitive Tasks in Action Game Players». Journal of Vision 10: 748.
Basak, Chandramallika, Walter R. Boot, Michelle W. Voss y Arthur F. Kramer. 2008. «Can Training in a Real-Time Strategy Video Game Attenuate Cognitive Decline in Older Adults?» Psychology and Aging 23:765–77.
Chiappe, Dan, Mark Conger, Janet Liao, J. Lynn Caldwell y Kim-Phoung L. Vu (2013). «Improving Multi-Tasking Ability through Action Videogames». Applied Ergonomics 44:278–84.
Colzato, Lorenzo S., Wery P. M. van den Wildenberg y Bernhard Hommel. 2014.«Cognitive Control and the COMT Val (158) Met Polymorphism: Genetic Modulation of Videogame Training and Transfer to Task-Switching Efficiency» Psychological Research 78:670–78.
Dye, Matthew W. G., C. Shawn Green y Daphne Bavelier. 2009. «Increasing Speed of Processing with Action Video Games». Current Directions in Psychological Science 18:321–26.
Eichenbaum, A. E., Bavelier, D. y Green, C. S. (2014). «Video games: Play that can do serious good». American Journal of Play, 7, 50-72.
Franceschini, Sandro, Simone Gori, Milena Ruffino, Simona Viola, Massimo Molteni y Andrea Facoetti. 2013. «Action Video Games Make Dyslexic Children Read Better». Current Biology 23:462–66.
Green, C. Shawn y Daphne Bavelier.. 2012. «Learning, Attentional Control, and Action Video Games». Current Biology 22:R197–R206.
Li, Renjie, Uri Polat, Walter Makous y Daphne Bavelier. 2009. «Enhancing the Con- trast Sensitivity Function through Action Video Game Training». Nature Neuro- science 12:549–51.
Li, Roger W., Charlie Ngo, Jennie Nguyen y Dennis M. Levi. 2011. «Video-Game Play Induces Plasticity in the Visual System of Adults with Amblyopia». PLoS Biology 9.
McKinley, R. Andy, Lindsey K. McIntire y Margaret A. Funke. 2011. «Operator Selec- tion for Unmanned Aerial Systems: Comparing Video Game Players and Pilots». Aviation, Space, and Environmental Medicine 82:635–42.
Rosser, James C. Jr., Paul J. Lynch, Laurie Cuddihy, Dougls A. Gentile, Jonathan Klonsky y Ronald Merrell. 2007. «The Impact of Video Games on Training Surgeons in the 21st Century». Archives of Surgery 142:181–86.
Schlickum, Marcus K., Leif Hedman, Lars Enochsson, Ann Kjellin y Li Fellander-Tsai. 2009.«Systematic Video Game Training in Surgical Novices Improves Performance in Virtual Reality Endoscopic Surgical Simulators: A Prospective Randomized Study». World Journal of Surgery 33:2360–67.
Torres, Ana Carla Seabra. 2011. «Cognitive Effects of Video Games on Old People». International Journal on Disability and Human Development 10:55–58.
Trick, Lana M., Fern Jaspers-Fayer y Naina Sethi. 2005. «Multiple-Object Tracking in Children: The “Catch the Spies” Task». Cognitive Development 20:373–87.
Sebastià Perelló dice
Sin duda se trata de investigaciones y resultados más que interesantes, pero a mi entender, el conjunto de este artículo puede verse malinterpretado con facilidad puesto que no hay ninguna referencia a las edades a las que se recomendaría introducir los videojuegos. De hecho, en la foto que ilustra el artículo vemos a un bebé y a un niño (o niña) de corta edad. A qué edades hace referencia el estudio principal? En mi opinión, antes de los 6 o 7 años los niñ@s deben jugar y experimentar libremente sin tecnologia.
adrian dice
Gracias por tu comentario, Sebastià. Yo no vería este artículo como una recomendación para introducir los videojuegos, sino como una recomendación a dejar que el interés sano del niño sea lo que guíe sus actividades. Sin duda Peter Gray no piensa que es buena idea obligar a niños pequeños (ni mayores) a jugar a los vídeojuegos.
En mi opinión, todas las actividades tienen sus ventajas, que en un cierto momento demos más valor a unas que a otras no significa que en general sean buenas o malas en sí.
¡Un saludo!