Cuanto más religioso, menos inteligente – y viceversa
Un estudio descubre una relación inversamente proporcional entre religiosidad e inteligencia
Publicado el 20 de febrero de 2012 por David Ropeik en How Risky Is It, Really?
Yo participo en una comunidad espiritual Unitaria Universalista. El ideario de esta comunidad (UU por sus siglas), contiene algunas creencias básicas, principalmente verdades universales sobre cómo ser una buena persona, pero en lo que respecta a las grandes pregunta espirituales, ¿existe un Dios? ¿qué pasa cuando morimos?, el «UUismo» deja las respuestas en manos de cada individuo. Es una religión para los pensadores independientes. Sin duda, la existencia de esta religión hace al nuevo estudio sobre la relación entre inteligencia y religiosidad particularmente misterioso, estudio que propone que el pensamiento independiente y la religión no casan muy bien.
¿Cuán religioso eres? ¿Cómo de inteligente eres? El estudio explica que cuanto más tienes de uno, menos tendrás de lo otro. Así es. Cuanto más religioso seas (definido como «el grado de implicación en aspectos de la religión… tales como las creencias en agentes sobrenaturales, sacrificios a estos agentes [p.ej. ofrendas de bienes], uso de la creencia en esos agentes para disminuir las ansiedades existenciales tales como la ansiedad ante la muerte, y la realización de rituales comunales que validan y afirman las creencias religiosas»), menor es la probabilidad de que sea inteligente. Cuanto más inteligente seas (definido como «la capacidad de razonar, planificar, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápido y aprender de la experiencia»), menor es la probabilidad de ser religioso.
Esto seguramente suene simplista (que lo es) y sentencioso (que lo es), sin embargo, quizás no sea del todo sorprendente. Este estudio fue en realidad un metaanálisis de 63 otros estudios realizados en las últimas décadas, muchos de los cuales muestran lo mismo: a medida que aumenta la inteligencia, la importancia de las creencias religiosas en la vida tiende a disminuir. Pero, este estudio propone algo más, una explicación nueva para esta relación inversa.
Las explicación estándar siempre ha sido que las creencias religiosas son irracionales, no están basadas en la ciencia, no son comprobables y, por lo tanto, son rechazadas por personas inteligentes que son demasiado listas para dejarse engañar por esas supersticiones. Llamemos a esto la «explicación de Richard Darwkins». Otra explicación estándar consiste en pensar que las personas inteligentes son más bien pensadores independientes, más propensos a disentir de las creencias tribales impuestas por los líderes de la manada. Los pensadores inteligentes no son pensadores del montón. Llamemos a esto la «explicación de Galileo».
[Nota: Una gran cantidad de investigaciones en el campo cognitivo prueba que no existe fundamento para tal arrogancia intelectual. Existen muchas personas sumamente inteligentes que de hecho piensan como la gran mayoría, que tienen muchas creencias que contradicen o que no son respaldadas por ninguna evidencia.]
La nueva explicación sobre por qué las personas más inteligentes son menos religiosas, es más sofisticada. Miron Zuckerman, Jordan Silberman y Judith A. Hall sugieren que ambas, la religión y la inteligencia, nos proporcionan lo mismo, en cuatro importantes áreas:
1.»Control compensatorio». Un mundo caótico sin orden e inprevisible es un mundo aterrador. Las creencias religiosas nos dan un mundo ordenado y controlado por una fuerza suprema. La inteligencia y la fe en la ciencia cumplen aquí con la misma función, nos dan la sensación reconfortante de que el mundo está ordenado y bajo control… de las leyes físicas.
2.»Autorregulación». La creencia religiosa de que las buenas conductas tienen recompensa y las malas son castigadas constituye una presión externa que nos ayuda a moderar nuestro comportamiento. La inteligencia brinda a las personas la capacidad mental necesaria para alcanzar el mismo autocontrol. Recordemos la conocida «prueba del malvavisco» (o bonbón), donde se dice a los niños que pueden comer de inmediato un malvavisco que tienen en la mesa frente a ellos, pero que si son capaces de esperar unos minutos y no lo comen, recibirán dos malvaviscos. Los niños que mostraban mayor autocontrol obtuvieron las calificaciones más altas en las pruebas de inteligencia.
3.»Autosuperación». La religión ayuda a las personas a sentirse mejor con ellas mismas. «Soy mejor persona que otros porque soy más religioso». La inteligencia también lo hace.»Soy mejor persona que otros porque soy más inteligente».
4.»Apego seguro». Como animales sociales, necesitamos sentirnos unidos a otros para sentirnos a salvo. La religión nos ayuda a sentirnos unidos a otros, y a una deidad. El estudio cita evidencia que sugiere que ser inteligente puede darnos esa misma sensación, y señala que las personas inteligentes tienen más probabilidades de casarse y menos probabilidades de divorciarse y de tener vínculos personales estrechos con otros, satisfacciéndo así las necesidades de apego.
Tengo muchas dudas respecto a este estudio. La explicación de cómo la inteligencia nos proporciona «apego seguro» parece más bien un parche en la teoría. Y existe una cierta arrogancia desagradable en lo que afirman los investigadores cuando dicen cosas como que «las personas con un alto nivel de inteligencia son capaces de frenar la tendencia al pensamiento mágico y sobrenatural, y tienden a hacer frente a las incertitudes de la vida de una forma racional, crítica y empírica». La ciencia cognitiva muestra de manera clara que esta afirmación arrogante, casi siempre sostenida por personas inteligentes, no es cierta, cosa que a su vez demuestra lo tonto que pueden ser quien hace ostentación de su inteligencia.
Asimismo, el estudio sugiere que las personas inteligentes son más propensas a ser ateos puros, porque el ateo es un anticonformista, demasiado inteligente para dejarse engañar por trucos y fábulas. Sin embargo, los ateos también son conformistas, se adhieren y defienden con vehemencia su propio código de creencias tribales. El ateísmo es una religión en todo el sentido de la palabra, menos la parte de creer en Dios. (El análisis del estudio de ateísmo se discute en profundidad en este artículo en inglés de The Independent).
No obstante, el hallazgo fundamental de este estudio parece bastante sólido; una gran cantidad de estudios realizados a través de los años, que buscan la relación entre la inteligencia y la religión, encuentran una clara relación inversamente proporcional entre cuánto pensamos por nosotros mismos y cuánto dejamos que nuestra religión piense por nosotros.
Los autores nos muestran argumentos convincentes de que la razón para ello debe ser que tanto la inteligencia como la religión nos ofrecen lo mismo. De hecho, la comunidad espiritual en la que participo es prueba de ello. La comunidad Unitaria Universalista, religión para librepensadores independientes, continúa siendo una de las religiones más minoritarias en los Estados Unidos.
Artículo original: www.psychologytoday.com/blog/how-risky-is-it-really/201402/more-religious-less-intelligent-and-vice-versa
Traducido por Yuriko Mendoza,
revisado por Adrián Pérez Montes.
Daniel dice
Crer en falsas premisas nos da seguridad? y de qué sirve creer en cosas que no existen, es como cuando a uno no lo quieren, pero se empeña en no ver eso y se engaña solo. Qué tiene de mala la realidad? nada. Qué diferencia hay en encomendarnos a dioses cuando de todas maneras las cosas serán como son, al contrario, negarse a aceptar la realidad solo retrasará la aceptación de esta. Por lo menos yo, prefiero ver las cosas como son, no con miedo, escondiéndome detrás de dioses inventados por miedo a enfrentarla. La realidad no tiene nada de malo y todo el mundo tiene la capacidad de enfrentarse a esta, sin necesidad de esconderse detrás de dioses inventados, mientras muchas veces, hasta le violan a sus hijos.