¿Podemos excusar la mentira a los hijos sobre Papá Noel, Santa Claus o los Reyes Magos apoyándonos en la idea de que queremos avivar su imaginación y darles una infancia más feliz?
Publicado el día 17 de Diciembre del año 2012 por el profesor David Kyle Johnson en Plato on Pop,
Los padres, a menudo, sienten una punzada de culpabilidad cuando mienten a sus hijos sobre los personajes ficticios de Navidad, como por ejemplo Santa Claus. Pero, en su artículo “La mentira de Santa Claus: ¿Está la Navidad lastimando a nuestros niños?” (artículo en inglés), la autora Melinda Wenner Moyer, sostiene que la mentira de Santa Claus forma parte de las mentiras bienintencionadas o mentiras buenas. No hay necesidad de sentirse culpable, dice, “porque los padres mienten por el bien de sus hijos”. No estoy de acuerdo. Tenemos que prestar atención a esa punzada de culpabilidad para mantenernos alejados de las inmoralidades y el comportamiento potencialmente peligroso.
La primera vez que discutí sobre este tema fue en el año 2009, en un artículo de opinión para el diario Baltimore Sun, titulado “Lo siento, Virginia…” (artículo en inglés), sugerí que deberíamos evitar la mentira de Santa Claus por tres razones: (1) Se trata de una mentira injustificada, (2) se corre el riesgo de dañar la credibilidad de los padres, (3) fomenta la credulidad y el mal comportamiento. Uno de los argumentos que la gente expuso [en medio de una increíble cantidad de cartas llenas de mala sangre que recibí, las cuales las pueden leer aquí (sólo en Inglés)] fue, esencialmente, el argumento que Moyerbut presenta. “La mentira de Santa Claus invita a imaginar y la imaginación es buena para los niños”. Moyerbut dice que, “lo que el personaje de Santa Claus hace… es alimentar la imaginación” y un “tipo de juego imaginativo que despierta la creatividad, la comprensión social e, incluso, por extraño que parezca, el razonamiento científico”.
Por supuesto, Moyerbut tiene razón en los beneficios de la imaginación. Lo que ella (y otros que proponen argumentos similares) no tiene en cuenta es que lo que está defendiendo, la mentira de Santa Claus, en realidad no promueve la imaginación ni el juego imaginativo. La imaginación implica fingir y hacer como que algo existe, para ello, es necesario creer que ese algo en realidad no existe. ¿Acaso los cristianos “imaginan” que Jesús resucitó de entre los muertos? ¿Los Musulmanes “imaginan” que Mahoma montó su caballo Al-Boraq y viajó a toda velocidad desde La Meca a Jerusalén y después ascendió al cielo? Por supuesto que no, ellos creen que todo eso es real. Engañar a un niño haciendo que crea que Santa Claus existe no fomenta la imaginación, sino que la ahoga. Si realmente quiere estimular la imaginación de sus hijos, dígales que Santa Claus o Papá Noel no existe, pero que, de todos modos, van a jugar en Navidad a que sí.
Muchos niños juegan a ser Santa Claus, esto es algo que sí requiere imaginación. Pero no es necesario hacerles creer que Santa Claus es real para que jueguen de esta manera (del mismo modo que no hace falta hacerles creer que Star Trek es real para que ellos jueguen a explorar planetas alienígenas en el patio de casa).
Moyerbut, reconoce el problema de que sus hijos podrían perder la confianza en los padres cuando se dan cuenta de que se les ha mentido, pero sostiene que en realidad no va a ocurrir. Cuando los niños se enteran de la verdad, una gran mayoría es capaz de diferenciar entre las mentiras y las mentiras bienintencionadas, y lo verán como una mentira bienintencionada. En consecuencia, no se enfadarán, ni empezarán a pensar que mentir es aceptable ni rechazarán sus creencias religiosas.
Aunque Moyerbut tiene razón cuando afirma que la mayoría de los niños no sufren ningún efecto negativo al conocer la verdad, se equivoca cuando afirma que ningún niño lo hace. En el artículo “Contra la mentira de Santa Claus: La verdad que tendríamos que contarles a nuestros hijos” (capítulo doce de la obra Navidad y Filosofía de Scott Lowe) documento algunas historias terribles acerca del “gran momento”, historias que demuestran que, a menudo, el descubrimiento de la verdad sobre Santa Claus no siempre es sencillo. Así, encontramos todo tipo de consecuencias: desde la erosión de la autoridad y confianza en los padres hasta la conversión del niño en ateo. Por ejemplo: El niño Jay defendió la existencia de Santa Claus frente a toda su clase, apoyándose en que “su madre no le iba a mentir”, pero, leyendo en voz alta la entrada de Santa Claus en la enciclopedia ante toda la clase, descubrió dolorosamente que, efectivamente, no solo no era real, sino que además su madre le mentía.
Cuando la pequeña Tennille descubrió la razón por la que no siempre conseguía lo que le pedía a Santa Claus era porque él no existía, ella interpretó que la inexistencia de Dios era lo más probable ya que sus oraciones tampoco recibían respuesta. No estoy diciendo que esto le suceda a todos los niños, estoy diciendo que puede ocurrir. En el caso de los creyentes, no creo que quieran poner su fe en juego. Por supuesto, en el caso de los ateos, no habrá ningún problema si la mentira de Santa Claus lleva a un «despertar».
Con todo, los ateos deberían tener aún más razones que otros para no apoyar «la mentira de Santa Claus».
Moyerbut sugiere que Santa Claus alienta “El juego fantástico que lleva a los niños a pensar a través de escenarios hipotéticos o ficticios, que refuerza sus capacidades de razonamiento”. Una vez más, no es la propia creencia de que Santa Claus existe lo que lleva a esto. Con contar la historia, admitiendo que no es cierta, sería suficiente, igual que hacemos con el resto de cuentos de hadas que contamos a nuestros hijos.
Cualquier efecto positivo que pudiera tener creer en Santa Claus va a ser contrarrestado y superado por los efectos negativos de todo lo que es necesario hacer para mantener la creencia. No me malinterpreten, los niños necesitan aprender cómo razonar de forma eficaz y pensar críticamente, y aplaudo a Moyerbut por alentar a los padres a hacer esto. Pero alentar a sus hijos a creer en la mentira de Santa Claus, es lo último que fomenta el pensamiento crítico y el razonamiento eficaz en los niños.
Pensemos en lo que muchos padres hacen para mantener a los niños en esta creencia. Cuando un niño tiene dudas, los padres suelen animar al niño a reprimir esas dudas y seguir creyendo: “solo cree lo que tu quieras creer, después de todo ¿no es más divertido?”. A veces, recurren a las pruebas falsas (o muestran falsos documentales “científicos” ), recurren a falsas explicaciones o, lo peor de todo, sólo dicen que «es mágico». Todo ello es directamente contrario a lo que los padres, que quieran desarrollar el pensamiento crítico en sus hijos, deben hacer. Ahogar dudas, mantener creencias solo porque se quiere creer en ellas (en lugar de buscar la prueba), convencerse con pruebas falsas, engañarse con explicaciones cuestionables y apoyándose en la magia; estos son los malos hábitos de un pensamiento «pobre” que tengo que trabajar cada semestre con mis estudiantes para alcanzar un pensamiento crítico. Y, como es lógico, los estudiantes con más dificultades en este sentido son aquellos que han creído en Santa Claus durante mucho tiempo (más allá de los 8 años y, a veces, hasta la adolescencia).
Si sus hijos creen en Santa Claus o Papá Noel o los Reyes Magos, entonces Moyerbut tiene un consejo que suscribo: Convierta la experiencia de descubrir la verdad en un ejercicio de pensamiento crítico; trate de conseguir que descubran la verdad por su cuenta, razonando.
Si todavía está pensando qué decirle a sus hijos, decántese por decirles la verdad. Después de todo, como Moyerbut dice: “A pesar de que la mentira bienintencionada puede ser un apoyo muy conveniente para la crianza… por lo general es mejor usarlo lo menos posible, tanto para reforzar la confianza padres e hijos como para predicar con el ejemplo”. ¡Tiene razón! Pero se equivoca cuando mantiene que el período de Navidad es una excepción a esta regla. Y si se preocupa acerca de lo que sus hijos pueden decir a otros niños, no tiene más que enseñarles a decir la siguiente frase: “En nuestra casa, Santa Claus es sólo ficción”.
David Kyle Johnson
Copyright, 2012.
Artículo original: http://www.psychologytoday.com/blog/plato-pop/201212/say-goodbye-the-santa-claus-lie
Traducido del inglés por: Judit Arellano Rodríguez, revisado por Adrián Pérez Montes.
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Ioana dice
sois unos mentirosos papa noel existe!!!!!
Harold dice
Jajajajajajajaja. Qué linda. Aunque creo que lo has dicho con sarcasmo.
Juan dice
No existe no tiene ningún sentido aunque tenga 9 años
abigail dice
awww pobre niño , ve y pregúntale a tus padres
Toni dice
Yo he visto a Papa Noel, todos los años al menos una o dos veces. Ademas, si tanta gente dice que existe, tiene que ser verdad, como puede nadie decir que no es verdad. ¿Seguro que no hay algun interes detras de los que dicen que Papa Noel no existe?
Enoch Alvarado dice
Los que niegan a Papá Noel es porque de niños no les trajo lo que ellos querían o tuvieron una mala experiencia y por eso lo odian, 😛
Pep dice
Interesante artículo, los comentarios sin duda no están al nivel. Gracias!
Pep
Barok de Luna dice
Buen artículo, sin embargo hay varios puntos en los que no estoy de acuerdo, según Moyerbut debemos sugerir decir al pequeño que diga como conclusión “En nuestra casa, Santa Claus es sólo ficción”. para mi eso no contribuye al ejercicio de pensamiento critico ni mucho menos al razonamiento que debemos procurar tenga el pequeño, sugerir eso es sugerir que se convierta en un ser antagónico para quienes lo rodean, por lo que es tarea ardua también mostrarle que la tolerancia y aceptación de diversidad de opiniones y creencias y tratar de tener no solo una respuesta cortante, sino algo que demuestre que día a día mejora su capacidad critica y de juicio para sobrellevar su entorno, en fin una opinión saludos…
adrian dice
Hola Barok de Luna:
Gracias por tu opinión. Según dice el artículo, no es Moyerbut el que dice que «en nuestra casa Santa Claus es solo ficción», es el autor del artículo el que lo sugiere. Moyerbut está a favor de «la mentira» o dicho de forma más neutral «la fiesta» de Santa Claus.
Respecto a la frase en sí «en nuestra casa Santa Claus es solo ficción». Al contrario, me parece que es una frase llena de tolerancia y aceptación, está diciendo que «nosotros, en nuestra casa lo hacemos de otra forma», no dice que Santa Claus no existe, dice que en su casa no existe.
Lo de ser un ser antagónico no lo acabo de entender, vamos, que no lo veo tampoco como problema. La gente diferente es un gran aporte a cualquier sociedad y el que haya gente que opine diferente no creo que pueda considerarse como algo negativo.
gabriela dice
Excelente artículo. Muy bien explicado. Es tan maravilloso lo que simboliza la Navidad de Cristo… La espiritualidad humana se relaciona con el Amor puro, la Verdad , los valores del espíritu, que nada tienen que ver con regalos materiales perecederos.Para los millones de personas en el mundo que han vivido una experiencia espiritual profunda, no es necesario inventar un personaje vestido con ropa llamativa que haga ruido. La mejor manera de razonar es en base a la verdad, no la mentira. Justificando nuestros errores no somos mejores, al contrario, nos perdemos las experiencias mìsticas(estas si son de verdad) dentro de nuestro ser, que jamàs hubiéramos imaginado. Despues de todo, nuestro Padre es nuestro Creador, y decidamos creer o no en el y dar crédito a todo lo que implica, es un problema nuestro. El siempre va a estar ahí, esperándonos, como todo padre amoroso…No deja de sorprenderme como el hombre que dice ser intelectual, inteligente, crìtico,etc oscurece las joyas más preciosas con barro…
Davinia Pilar dice
Hola yo después de leer el artículo sigo pensando en que no es nada negativo dar ilusión a los más pequeños de la casa, pero para aquellos que estén de acuerdo en eso… Tenéis tarea difícil como explicarle a un niño de 3-4-5 años que es la ficción para que pueda dar respuesta al 95% de los compañeros de clase.
Por otro lado, dos de amigas mías de la infancia que creyeron en los reyes magos hasta casi los 12 años… son graduadas en psicología y con un máster casa una. Así que me gustaría ver esa investigación que hace el autor…
La verdad libera dice
Asi es, solo es vil comercio dando culto al rey dinero, una burla para Dios. Jesús nunca nació un 25 de diciembre, nunca fue crucificado, vivió más de 100 años de edad, su padre terrenal no fue José. Todo está saliendo a la luz, la verdad divina ya está en la Tierra. Es el fin del mundo de mentiras y estafas mundiales, gracias a Dios.
dailenys dice
es mentira que santa claus exsiste yo cuando era chiquita mi mama desia dormite que viene papa noel y yo no me dormia y me di cuenta que mi papa me trajo una computadora y yo me pare y listo asta el fin supe que era mentira
Monse dice
Tal ves te portas mal y cada quien cree lo qué quiere
Fabian Rodríguez dice
Hola, tengo 16 años y mis papás nunca me mintieron con Santa Clous, viví en un mundo realista desde mi nacimiento y con eso logré comprender muchos «problemas de adultos» a poca edad. Las razones de mis padres para no mentirme con Santa son muy sencillas y coherentes:
a)Éramos pobres, por lo cual no había dinero para comprarme lo que quería, pero mis a mis vecinos mejor acomodados podían pedir lo que fuera y tenían sus super juguetes mientras yo con costos tenía ropa.
b) Crearían falsas expectativas sobre el mundo mágico en el que vivimos, para que después de forma cruel y despiadada darme cuenta que habría vivido engañado toda mi vida.
c) Con suerte encontrarían el momento de decirme la verdad, aunque lo mas probable es que me entere por otros niños y desconfiaría de todo lo que me han dicho mis padres.
adrian dice
Hola Fabián,
Gracias por relatar tu experiencia.
Creo que realmente el porcentaje de niños que se sienten engañados por sus padres, tampoco es tan elevado, depende mucho de cómo lo hayan llevado los padres.
Para que la confianza padres-hijos se vea dañada a largo plazo por esto, ya tiene que haberse llevado de una forma muy “especial”.
Si los padres han estado haciendo chantaje a los niños (portate bien o si no, no recibirás nada; voy a decírselo a Santa y luego ya verás…), nos encontramos con un problema, en mi opinión, mucho mayor que el de contarles historias a los niños. Creo que estos son los casos en los que los niños luego pueden sentirse francamente mal con sus padres.
En casos en los que no hay dinero para regalos, me parece que decírselo a los niños puede ser lo más acertado, pues lo último que queremos es que sientan que se les está castigando por no portarse bien o por haber hecho algo que no debían.
Saludos,
Adrián
Jessi dice
Hola comparto tu comentario mi abuela siempre nos dijo que santa claus no existe ya que ellos eran muy pobres y eran varios hermanos y a ellos nunca les amanecian juguetes ni dulces ni ropa nueva y menos una cena especial el sentir de mi abuela era: «porque a nosotros no nos quiere santa claus nunca nos trae nada» cuenta mi abuela con un rostro todavia triste y con dolor que al ver a los demas niños con juguetes y ropa nueva ella no se explicaba porque a ellos si les traian lo que pedian y ahora dice mi abuela nunca engañen a sus hijos porque le estas mintiendo, la mentira es mentira aqui y en china.
luis dice
¿quien es moyerbut?
Adrián dice
Es una escritora científica. Ahí la tienes:
http://www.slate.com/authors.melinda_wenner_moyer.html
http://melindawennermoyer.com/
Octavio dice
Ósea, este tipo nos pone de referencias a gente experta vs su simple comentario, gente especialista, escritores o psicólogos vs quien sabe a que se dedique. Ok me quedarse con que no esta mal que los niños creean en santa y su impacto de la veracidad no es relavante.
Y si m dieran a escoger pedirían que me hicieran creer otra vez en santa x que ese sentimiento de misticismo al despertarte es algo que muy pocos experimentamos
adrian dice
No entiendo muy bien tu comentario, Octavio, tampoco sé de qué «tipo» hablas. Existe gente en todos los ámbitos que se plantea este problema.
Si a mí me dieran a escoger entre creer cosas que me gustaría que fueran ciertas pero no lo son y saber la verdad, me quedo con la verdad.
Harold dice
Muy interesante artículo. Me ha hecho pensar bastante, y la verdad es un tema que lo tengo muy presente, porque tengo un niño de 5 años, y el, con mi complicidad activa, cree en Papa Noel. Mis padres no me hicieron creer en Papa Noel, y la verdad no tuve ninguna experiencia traumática ni mucho menos relacionada a dicho personaje. No le tengo rechazo tampoco, para nada. Me llamó la atención una afirmación del autor del artículo: «La imaginación implica fingir y hacer como que algo existe, para ello, es necesario creer que ese algo en realidad no existe.» Primero me pareció cierto, hasta revelador, pero luego lo vi de otra forma, y entonces hago de esa frase una pregunta: ¿Imaginar implica fingir y hacer como que algo existe, (y) para ello, es necesario creer que ese algo en realidad no existe.»? Y como lo veo ahora, pienso que no es así. La imaginación parte siempre de alguna referencia, algún indicio, una base que me va a permitir crear algo nuevo, un supuesto, que se puede considerar real o ficticio, posible o no posible. Una niña o un niño se alegran cuando ven por primera vez a alguien disfrazado de Papa Noel, y esto ocurre solo porque antes ha tenido ciertas referencias visuales y sensoriales de él, pudiendo así imaginárselo. Es como cuando creen en la existencia de Micky Mouse, Barnie, etc. Claro que es una imaginación muy básica, muy simple. Aparentemente. Porque es básica para un adulto, pero no creo que para un niño de 3, 4 o 5 años. Pero de que imaginan a Papa Noel, lo imaginan, al menos antes de verlo «en persona».
Entonces, pregunto algo que el artículo no responde: ¿qué tanto imaginan los niños con la idea de Papa Noel (y Mickey Mouse, Barnie, etc.)?
Adrian dice
Hola, Harold:
No sé si entiendo tu pregunta, pero me parece interesante el tema de la imaginación. En mi opinión, la imaginación no tiene nada que ver con si creemos que algo existe o no, pienso que lo que hace la imaginación es llenar «huecos».
Si yo te digo que «la mujer era alta y fuerte» y te pido pensar sobre ella, tu cerebro va a apresurarse a rellenar toda la información que falta, ¿era rubia, castaña, morena?, ¿trabajaba en una librería, era gimnasta…? Si dejamos pasar tiempo desde que te he dado la primera información hasta que te muestro todos los datos, posiblemente tengas mucha información imaginada sobre esta mujer.
Luego, cuando te enseño una foto, te digo en qué trabaja y cómo vive toda esa imaginación deja lugar a la información que acabas de recibir (bueno, en parte se mezclará, y con el tiempo no sabrás qué partes eran imaginadas por ti y qué partes eran por información que recibiste).
El caso de los niños pequeños es algo diferente. Ellos no hacen esa distinción entre realidad y ficción. Por eso, tampoco creo que tenga mucho sentido decirles si Papá Noel es real o no.
Lo que para mí es un error, es dar datos inventados o simulados a los niños para reforzar su imaginación. Es decir mentirles. ¿Por qué no dejamos que ellos mismos decidan?
Si les decimos que la pasada noche estuvimos charlando con Papá Noel y nos dijo X, que iba vestido de tal y cual manera…, lo que estamos haciendo es manipular la imaginación del niño, no «reforzar» su imaginación (¿se puede reforzar la imaginación??).
Cuando hacemos todo lo posible porque nuestros hijos sigan creyendo en Papá Noel o Donald Duck, quizás no sea una cuestión de mantener su imaginación, sino de no perder a aquellos niños pequeños de antes, de no querer aceptar que están creciendo y cambiando.
Angela dice
Mis padres jamás me mintieron sobte los Reyes Magos ni el Ratoncito Pérez (Papá Noel y el Hada de los Dientes en la cultura anglosajona). Tampoco me los ocultaron, porque hay gente que cree que si no crees que son verdad la única alternativa es que no recibas regalos. Simplemente me hablaban de ello igual que de otros cuentos y personajes de ficción, de modo que cuando fui aprendiendo a distinguir lo que es real de lo que no, fui capaz de relegar estas historias al «cajón» de los cuentos en mi mente igual que pasó con Caperucita Roja, la Cenicienta, las brujas y los animales que hablan. Cuando digo que no quiero mentir a mi hija me encuentro con caras de horror y comentarios como «pobrecilla, no va a tener infancia, no quieres que sea feliz?» Pero si se puede ser feliz sabiendo que Peppa Pig es un dibujo, ¿por qué se considera tan necesario que piensen que los Reyes Magos son de verdad?
Adrian dice
Ahí está. El que algo sea «real» o no, no les importa a los niños cuando son pequeños, no les hace más felices recibir regalos de Papá Noel que recibirlos de sus padres o familiares. Lo que no me parece buena idea es insistirles en que algo es verdad cuando claramente no es así, eso puede crear desconfianza en un futuro.
Saludos,
Adrián
Elena dice
Porque habla de Moyerbut si el apellido de la escritoria es Moyer? Que significa ser un escritori cientifico?
Podrían dar datos sobre la curricula del autor del texto, o en quien se apoyan sus ideas? Estoy en un debate formal (medio académico) sobre el tema y debo poder fundamentar razones de peso basadas en estudios, u opiniones de expertos.
Miri dice
Gracias por tu post, estoy de acuerdo. Sin embargo, quisiera saber como inculcar el respeto a los otros niños que sus papás decidieron hacerles creer en Papa Noel, osea yo lo respeto y nunca le diria a un niño que Papa Noel no existe si sus padres le han dicho que si, sin embargo como hacerle para que los niños pequeños que no les inculcamos esa tradición no vayan diciendo la verdad a los otros niños. Espero haberme explicado.
adrian dice
Hola, Miri:
Yo creo que es un poco como con cualquier creyencia. Si en tu familia sois católicos o budistas o lo que sea, supongo que no vas diciendo a tus hijos que lo que dicen otras religiones es mentira, es decir, tratas el tema de una forma positiva. Yo creo que con Santa Claus, los Reyes Magos o Papá Noel es lo mismo, no es cuestión de que digas a tus hijos que eso es mentira, sino que no les hagas creer que es verdad. Si te preguntan, puedes decir que tú no crees en ello, pero que hay otras familias que sí.
La cuestión es fomentar el respeto con tu ejemplo y no dar una respuesta categórica.
santiago dice
si son mentiros papa noel o santa claus esxite yo los vi
Irene dice
Este tema es infinito. A mi nunca me dijeron categóricamente que no existían, me contaban el cuento de los Reyes Magos (Santa español) y mientras fui muy pequeña, mi imaginación, sin que nadie me forzara a ello, hacḱa el resto. Igual que me explicaron que otros niños creen, como creen en Dios y que es una falta de respeto negarle a nadie sus creencias. También me contaban el cuento del ratoncito Pérez (el hada de los dientes española) y mi primera moneda bajo la almohada me pareció magia pura. Creo que en el fondo siempre intuí que, cmo mis otras ciraturas imaginarias, eran sólo mías. Eso también le daba un misticismo muy chulo. Con el tiempo tenía más claro q tenían q ser mis padres, pero era pequeña y seguía imaginando sin forzar, entonces me pegué una larga temporada creyendo que esa noche se convertían en Reyes Magos. Siempre intentando averiguar cómo demonios llegaban todos los regalos al salón. Hemos llegado a hacer turnos de vela con mis hermanos, ja ja ja, se lo poníamos super difícil a mis padres. Era una de las mejores noches del año, y nunca recuerdo en qué momento tuve claro que si les pillaba no iban a ser distintos, pero me daba igual, todo era un juego maravilloso que siempre había tenido un componente mágico. No hubo un «antes y un después», como sí hay para todos los demás niños, porque NO engañen, todos tuvieron un antes y un después al descubrimiento. Yo nunca perdí ninguna ilusión porque la mía creció de manera natural conmigo. El tema de la «ilusión» de que todos hablan no es la ilusión del niño, sino la del adulto. Lo tengo clarísimo.
Ahora tengo un niño de 3 años y su padre es otro de los que no se pueden imaginar una realidad mejor que la suya. Miedo a lo desconocido, por mucho que cueste de admitir.
En mi cole sabían que yo nunca «creí» en la tradición, y los profes me mandaban a todos los niños que se enteraban en el cole y se ponían tristes o enfadados para que los consolara. Y no eran niños débiles, es que nunca puedes controlar de qué manera va a enterarse, y ya se sabe que un niño puede ser muy cruel con otro porque no mide las consecuencias… He visto algún crío que a día de hoy recuerdo todo lo que me decía y se me parte el alma…
Yo no quiero eso para mi hijo, ni un antes con magia y un después anodino… yo quiero un juego maravilloso, único y especial toda la vida!
Animaros a pensarlo, no es tan complicado hacerlo BIEN y sin mentiras
Adri dice
Me hicieron creer que existían y cada Navidad o Reyes la pasaba muy triste. Claro…eramos pobres, no podian comprarme lo único que pedí toda mi infancia. Cuando supe que MENTIAN, fue una desilución que llevo hace 40 años. Odio la mentira. No se los perdono.
Juliana dice
Yo también odio la mentira, porque me han mentido con cosas graves (no sólo con papá Noel). Con lo cual me parece totalmente innecesario mentir, a ninguna persona, menos a un niño, mucho menos si es tu hijo. Hay que evitar la mentira. Podemos hacer mucho daño. Saludos.
Juliana dice
Yo hoy he dicho a mi pareja que si tenemos hijos, no quiero que crean en papá Noel. Y él dice que no está de acuerdo. Para colmo se metió mi suegro en la conversación y dijo que no es mentira, es «ilusión» (como si yo fuera a ser mala y cortarle la ilusión a los niños). Además dijo que con ese criterio entonces no lo lleve a ver películas del hombre araña, total no existe. Una pavada total, tal cual dice este artículo, el niño puede saber que papá Noel no existe y pasar la navidad bien y tener otro concepto, sabiendo que el regalo se lo hacen sus padres, lo mismo que todos los niños saben que el hombre araña no es real (porque ningún padre les dice que existe) y sin embargo no dejan de ver las películas ni de «jugar a que son el hombre araña». Eso forma parte de los juegos de Representación y roles, donde cada niño imagina que «es» tal o cual personaje, sabiendo que son de ficción…no le veo la comparativa. Gracias.
Silvana Olate dice
Cómo puedes llamar imaginacion a algo tan Sagrado y tan Real como la muerte y resurrección de Jesucristo. Enseñas y enseñan a engañar de pequeños a los hijos con argumentos jamás existido ni menos comprobados. La palabra de Dios que si es REAL DICE: Apartarán de la verdad sus oídos y se volverán a las fábulas. 2 Timoteo 4:4. Esto sí es Real
floznwiquf dice
hdenhtcvvaphdkpuctzvuvktoaoums
Rafel dice
Hacer creer a tus hijos en los reyes magos es como si les dijeras que los regalos se los trae tu vecino. Si éso lo encuentras bien, prueba a darte un puñetazo en la cara, seguramente también te gustará.
nicanor dice
Entonces si no creer en papa noel es bueno, el mejor pais es rusia. y los mejores ninos son los rusos.
mario dice
yo creo que papa noel y los reyes magos existen (a)por que papa noel existe y se llama en la vida real jim noseque y da regalos a los pobres no es broma vive en botsuana (africa)(b)los reyes magos y papa noel tienen ayudantes: papa no el duendes en el polo sur (por que hay casi no vive nadie)y los reyes magos tienen pajes bajo los desiertos y aparte que yo lo supongo y es ovio sus ayudantes (que son muchos) reparten los regalos no ellos.y el hada de los dientes y el raton Perez tembien lo reparten pero esta vez ellos a los niños cistianos cada dia se les cae a los niños (cristianos) son sola mente 4.000 dientes solo cada dia.
por lo que tengo claro que existen. #EXISTEN
Mario dice
LOS ADULTOS NO TIENEN REGALOS POR QUE NO LOS NECESITAN CON SU MOVIL ,VIAJES,TELEVISIÓN Y DINERO NO LES HACE FALTA Y LOS NIÑOS QUE DICEN QUE ES MENTIRA ES POR QUE LES TRAJO CARBON ME LO DIJO MI MEJOR AMIGO ANTONIO (QUE NO LE TRAJERON NADA POR QUE SACO MALAS NOTAS Y EN LA CARTA DECIA QUE SACO BUENAS).
PEDRO dice
LOS ADULTOS NO TIENEN REGALOS POR QUE NO LOS NECESITAN CON SU MOVIL ,VIAJES,TELEVISIÓN Y DINERO NO LES HACE FALTA Y LOS NIÑOS QUE DICEN QUE ES MENTIRA ES POR QUE LES TRAJO CARBON ME LO DIJO MI MEJOR AMIGO ANTONIO (QUE NO LE TRAJERON NADA POR QUE SACO MALAS NOTAS Y EN LA CARTA DECIA QUE SACO BUENAS).
saludos dice
Leyendo algunos comentarios concuerdo con la mayoría que dice lo siguiente de otra manera.
Es parte de la infancia es parte del crecimiento y la gran etapa ser niño, después de eso la vida es difícil al menos un buen rato debemos de tener en nuestra vida ya que de adultos seguimos creciendo con mentiras del gobierno, la sociedad, las falsas amistades, los falsos dioses, falsos lideres que buscan con mentiras gobernar ciudades y países, acosta de la humanidad, levantarse, trabajar, dormir, y el ciclo se repite, cada quien es libre. Pero de algo estoy seguro ya a mis 40 años la mejor etapa de mi vida fue la infancia el amor de mis padres, los juegos, las buenas películas y caricaturas, pero sobre todo la NAVIDAD. Esta pagina, y su botón de donar, la necesidad de publicar historias de masas para atraer victimas de una sociedad adulta fría y triste.
Freidon dice
¿ Como una mentira puede ser buena? Están engañando a sus hijos. Recuerdo cuando era pequeño me trajeron casi una feria tantos juguetes maquinarias y el patio de mi casa era grande y todos los niños se montaban en esas machinas. Llego un amiguito y me dijo ¿ Porque Santa no me trajo lo mismo? Yo no supe que contestarle, pero los adultos le dijeron que se le había acabado los regalos a Santa y el dinero. Otra mentira. No hay mentiras buenas ni benignas mentira es mentiras. La verdad es que los padres se ven mas beneficiados a la hora de comprarles los juguetes ya que ellos pueden volver a la infancia aunque sea a costa de mentir descaradamente a sus hijos.
Emilio dice
Ni en tu sueños los reyes magos son reales, Y LOS REYES ESTAN EN LA BIBLIA, ENCAMBIO SANTA ES DE LA COCA, COLA.