Tenía varias tareas pendientes, de esas que no son urgentes, pero que llevan tiempo y tiempo sobre la mesa. Hoy iba a ser el día, quería empezar cuanto antes para quitármelas de encima y estar tranquilo. Los niños ya habían desayunado y estaban preparados, ahora era el momento, iba a ponerme con ello.
Me había puesto a rebuscar entre mis notas, buscaba alguna idea, algo digno de mencionar, que me inspirase, pero no daba con ello, no sabía sobre qué escribir.
Justo cuando parecía que una gran idea se materializaba apareció mi hijo. «Papá, hay alguien en la puerta» dijo entre sorprendido y asuntado. Estaba claro que no lo conocía [Leer más…]